



#colaboradores #sentirelespacio (I)
paseo por Cenero, (de Beloño al embalse de San Andrés de los Tacones)
Ayer estuvimos de paseo con Fernando Oyágüez y Daniel Franco, colaboradores del proyecto, para ir fijando localizaciones de algunos de los encuentros y talleres, sentir el espacio, observar, caminar, encontrarnos con vecinos y conocer algunos hórreos y paneras que también serán, no sólo objeto de reflexión sonora sino también espacios para los encuentros, talleres y momentos de creación artística compartida. Espacios interesantes de este entorno periurbano, rururbano, frágil e híbrido, entre lo urbano y lo rural, donde conviven especies en un entorno antropizado y marcado fuertemente por décadas de industrialización.
Cenero, 1 de marzo 2021
#paisajesonoro #avesmigratorias #convivencia #especies #observación #embalse #escucha #residuos #márgenes
*relacionado con el embalse de San Andrés de los Tacones y la percepción sonora:
Hay aguas que brotan alegres, primaverales, claras, ríos, cascadas, fuentes, sublimes con olor a mar y marejadas, aguas vivaces, enérgicas. Pero ¿cómo suenan las aguas silenciosas depósito de nuestras memorias? Parece que incluso con hidrófonos, es necesario un cierto ímpetu en las aguas, cierto movimiento y energía. Necesitan aguas activas, rumorosas. ¿Qué tipo de instrumentos o tecnologías podrían hacer audibles esas aguas de mis rèveries? Esas aguas casi mudas, suspendidas, la sensación de inmersión acuosa profunda y densa. ¿Cómo representar el silencio a través de la fonografía? O a través del sonido?
Otra cuestión que se abría respondía a la representación a través del sonido de la cualidad de las aguas. Dice el refrán que cuando el río suena agua lleva, pero hoy, además del problema cuantitativo (más audible y registrable), hay un gran problema cualitativo. Junto a casa pasa un riachuelo y durante el invierno, cuando aumenta su caudal, pasando entre piedras y frondas, suena constante y delicadamente. He grabado su sonido para la instalación Reverie vivino alle acque. Lo que no se percibe a través del registro sonoro es la espuma producida por tensioactivos, el olor a hidrocarburos. Quizás habría tenido que estar aquí hace 20 años, cuando, según me cuentan mis vecinos, el arroyo estaba habitado por cangrejos de río, peces y un concierto de ranas acompañaba el correr pausado de sus aguas. Quizás esta diferencia en el paisaje sonoro del Arroyo de Veranes (arroyo de la Fuente del Noval), habría podido mostrar, en parte, la enfermedad letal de sus aguas…. [seguir leyendo y audios]: Cuando el ría suena… (virginia lópez, Habitantes Paisajistas 2017)